En Bilbao no hay parroquianos, hay txikiteros. Este es el nombre que se da a quienes consumen txikitos, un vasito de vino con el que se alterna en los bares. Be txikitero, my friend.
Cuando por fin eliges destino de vacaciones o de escapada, llega el momento de ponerse manos a la obra en la búsqueda de hospedaje.
Porque esa es la pregunta más complicada de responder; ¿dónde nos vamos a quedar a dormir? Existen varias opciones y todas cuentan con unas características propias que lo hacen mejor o peor solución dependiendo de tus necesidades.
Y esa es la clave, lo que tú estás buscando o necesitas. Para que no tengas problemas a la hora de elegir el hospedaje perfecto, aquí te traemos un breve resumen sobre las diferencias que existen entre el hotel, hostal, hostel y el albergue.
El hospedaje que puede que sea más conocido es el hotel. Aquí contamos con todas las comodidades que imaginemos. Su nivel de calidad se suele medir por diamantes o letras, aunque lo más común es reconocer el nivel de sus instalaciones con estrellas.
Las estrellas, aunque conferidas en casi todo el mundo, no siguen los mismos criterios, así que en cada país, encontraremos hoteles que, a pesar de contar con el mismo número de estrellas, parecerán completamente diferentes en cuanto a sus cualidades y calidades.
Así nos encontraremos desde hoteles básicos a de Gran Lujo. Algunas características comunes son el uso de habitaciones individuales con cuarto de baño privado, conexión wifi, todo lo necesario para el aseo personal y, en algunos casos, instalaciones como piscina, gimnasio, o sala de reuniones.
El hostal tiene muchas similitudes con el hotel. El reducido tamaño de sus habitaciones son la principal característica que los diferencia de los hoteles.
Su precio también suele ser más reducido, y eso se refleja en que no cuenta con tantas instalaciones y comodidades como la opción anterior. Un hostal no suele estar tan bien equipado como un hotel, en la gran mayoría no encontraremos piscina, gimnasio o sala de juntas.
A diferencia de los hoteles, los hostales no tienen porqué tener una entrada exclusiva al edificio y contar con un mínimo de 10 habitaciones y 20 plazas.
Sin embargo, sí comparte los aspectos más básicos y positivos, como son los elementos de aseo personal, ropa de cama, internet y limpieza.
Los albergues son los lugares más económicos. Aquí se alquilan camas por noches, siendo el lugar que ocupan común para varias personas, a diferencia de lo que sucede con los hoteles y los hostales.
Podemos encontrar la opción de habitaciones exclusivas para mujeres, hombres e incluso mixtas. El perfil del cliente de los albergues es alguien joven, con poco poder adquisitivo o que no quiere gastarse mucho dinero, como estudiantes o mochileros.
Lugares como la cocina, sala de estar e incluso el baño son de uso comunitario. Esto hace que la convivencia sea tan intensa, creando lazos entre viajeros de todo el mundo.
No debemos confundir un hostel con un hotel o un hostal. Suenan parecido, pero no son lo mismo. De hecho, un hostel se parece más a un albergue, en cuanto al concepto, aunque coge características de los dos primeros.
Sus opciones de hospedaje van más allá que la de habitaciones compartidas. Esta suele ser su forma más común, pero no es la única.
Los precios más económicos se corresponden a las habitaciones compartidas, tanto compartidas como sólo para mujeres u hombres, y baño comunitario, aunque ofrece opciones como habitaciones para cuatro personas, que pueden reservarse para un mismo grupo de amigos o familiares.
Incluso, dependiendo del hostel, ofrece habitaciones para parejas con cuartos de baño privado. Así que en el hostel las opciones se multiplican, adaptándose a todo tipo de cliente y bolsillos.
Además, su ambiente es igual de animado que el albergue, aunque abre sus puertas a un público no tan joven, dando la bienvenida a clientes de todas las edades, creando un gran ambiente de cohesión.
Este ambiente se hace palpable en sus zonas comunes, además de la sala de estar o cocinas, los hostels suelen ofrecer rincones para la charla como zonas de juegos o lugares dedicados exclusivamente para tomar algo y compartir experiencias.
Aunque suelen ofrecer fiestas y actividades casi diarias para poder sacarle todo el partido a la ciudad donde se sitúan, los hostels son un lugar más tranquilo y diseñados para asegurar tanto un buen rato como un merecido descanso.
En cuanto a las instalaciones, los hostels ofrecen muchas de las ventajas de los hostales y hoteles, como buena conexión wifi, y los demás servicios y accesorios estarán incluidos, o no, dependiendo de la modalidad de hospedaje que hayas elegido.
Por último, los hostels están siempre en zonas muy céntricas de las ciudades donde se ubican. Esto es porque entienden que sus viajeros son dados a descubrir los lugares que visitan, así que se encuentran bien comunicados gracias al transporte público y con una localización excelente.
Después de descubrir cuáles son las principales diferencias de los hospedajes, la pregunta del comienzo sigue presente; ¿dónde nos vamos a quedar a dormir?.
Aunque la respuesta ahora es mucho más fácil. Nosotros te recomendamos la que creemos la opción más completa; el hostel. Acoge a una gran variedad de huéspedes, sin importar si viajan solos o en familia, con un ambiente distendido y divertido además de fantásticos precios en el centro de numerosas ciudades.
Y entre todos los hostels, el mejor es el hostel boutique Latroupe. Sus instalaciones son modernas, completas y cuidadas, sus zonas comunes son punto de encuentro de personas de todo el mundo y su ubicación es siempre céntrica e inmejorable con unos precios imbatibles. Viajes donde viajes, busca tu hogar, encuentra Latroupe.
