En Bilbao no hay parroquianos, hay txikiteros. Este es el nombre que se da a quienes consumen txikitos, un vasito de vino con el que se alterna en los bares. Be txikitero, my friend.
Latroupe es más que un lugar para descansar, es parte del journey. Si nuestras paredes hablaran (no te preocupes, no lo hacen), contarían historias de amor, anécdotas familiares o aventuras de trotamundos. Las habitaciones son silenciosas y tranquilas, pero en nuestras zonas comunes es donde empieza la aventura.
